
Martínez y Astacio hicieron una breve parada en Don Juan y al ver la necesidad de ese batey y que la gente se les acercaba a saludarlos, organizaron filas organizadas donde las personas recibían ayudas en cajas con alimentos variados.
Uno de los moradores de Don Juan manifestó que ¨Dios nos mandó estos ángeles, no era para acá que venían pero Dios quiso que se pararan aquí, donde no ha venido nadie a auxiliarnos, ni peloteros, ni del gobierno, estamos olvidados. Estamos agradecidos de estos peloteros que sin ser de aquí, se condolieron de esta comunidad y están dando a la gente pobre, que Dios los bendiga y ojalá que otros le copien¨.
Ambos beisbolistas eran escoltados por agentes policiales y de su seguridad perasonal para evitar asaltos y desórdenes y luego de la repartición en Don Juan se dirigeron a Guayabo Dulce, donde aún reside Astacio, donde se disponían a repartir un camión en esa comunidad y dos en Hato Mayor, con cajas de comida entre las personas necesitadas.
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